60 mil millones de planetas habitables pueden estar orbitando la Vía Láctea

Un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Letters refuerza la idea de que hay vida en otros planetas. Basado en simulaciones por computadora, los científicos rehicieron los cálculos del comportamiento de las nubes en planetas extrasolares y obtuvieron resultados sorprendentes.

Al revisar estudios anteriores, los investigadores pudieron ampliar drásticamente la zona habitable en la órbita de las estrellas enanas rojas, que son más pequeñas y pálidas que el Sol. Los datos del telescopio espacial Kepler de la NASA sugirieron que había un planeta del tamaño del planeta. de la Tierra en la zona habitable de cada estrella enana roja. Los nuevos cálculos, que se asemejan a las simulaciones utilizadas para predecir el clima en la Tierra, duplican esa estimación.

El secreto esta en las nubes

“Las nubes conducen al calentamiento y enfriamiento de la tierra. Reflejan la luz solar para enfriar los elementos y absorben la radiación infrarroja de la superficie para crear un efecto invernadero. Esto es parte de lo que hace que el planeta sea lo suficientemente cálido como para tener vida ", explica el autor del estudio, el Dr. Dorian Abbot, de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos.

Un planeta que orbita alrededor del sol, por ejemplo, tendría que completar su órbita en aproximadamente un año para mantener una cantidad suficiente de agua en su superficie y, por lo tanto, tener nubes. Los científicos explican que para las estrellas más pequeñas, como las enanas rojas, el tiempo total en órbita sería de unos pocos meses para garantizar la misma incidencia de luz que recibimos del sol.

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Otro hecho relevante es que estos planetas con órbitas más pequeñas siempre mantendrían un lado hacia el Sol, como con la Tierra y la Luna. Los cálculos muestran que esto implicaría una mayor presencia de nubes reflectantes en la región subestelar.

La conclusión es que si hay agua en la superficie del planeta, habrá nubes. El enfriamiento que estas nubes causarían dentro de la zona habitable sería suficiente para permitir que el agua se mantenga en la superficie del planeta incluso cuando se acerca el Sol. Y eso puede ser una indicación de que no estamos solos en la Vía Láctea.