La ciencia lo demuestra: las conferencias son aburridas e ineficientes

Si siempre ha pensado en una excusa para perderse esa aburrida lectura, esta es la excusa ideal: está científicamente comprobado que no puede aprender nada durante las conferencias. La clave para que un grupo de personas asimile mejor la información que un orador o maestro está transmitiendo es promover diferentes actividades cada diez minutos.

Un estudio reciente, cuyo resultado fue publicado en la columna Science Insider, demostró que los estudiantes universitarios son 1.5 veces más propensos a no aprender contenido al dar conferencias o con monólogos.

"Las universidades se fundaron en Europa occidental en 1050 y la conferencia ha sido la forma predominante de enseñanza desde entonces", dijo el biólogo de la Universidad de Washington Scott Freeman. Aunque la regla de hecho se aplica a este día, durante este tiempo muchos educadores comenzaron a desarrollar nuevos métodos para enseñar ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. El argumento siempre ha sido que alentar a los estudiantes a preguntar y participar siempre ha traído buenos resultados.

Análisis

Para corroborar esta información, Freeman y un grupo de colegas analizaron 225 estudios sobre métodos de enseñanza utilizados en clases dirigidas a estudiantes universitarios. El resultado de este análisis concluyó que enseñar a los estudiantes más de cerca los hace más participativos, lo cual es mejor que monologizar frente a una clase de oyentes pasivos.

De hecho, este tipo de educación menos monótono reduce a la mitad las posibilidades de que un estudiante obtenga malas calificaciones. El físico de la Universidad de Harvard Eric Mazur dijo que es casi inmoral saber acerca de estas diferencias entre los métodos de enseñanza y no cambiar la forma en que enseñan. Él cree que este análisis excesivo demuestra que las conferencias son ineficientes y anticuadas.

Dos lados

Todavía no hay una forma totalmente correcta de enseñar. Lo que se sabe es que hacer preguntas a los estudiantes, pedirles individualmente o en grupos que participen en las discusiones, e incluso pedirles que expliquen a sus colegas que parte del contenido es ciertamente efectivo en el aprendizaje.

Freeman afirma usar estas técnicas incluso en grupos con muchos estudiantes. Según él, una de sus clases tiene hasta 700 estudiantes universitarios y, sin embargo, no se compone de silencio absoluto, sino todo lo contrario: interactúa con los académicos y logra que se sientan libres de hacer preguntas.

El profesor Noah Finkelstein de la Universidad de Colorado cree que este análisis no significa que las conferencias deban ser abolidas por completo. Según él, a veces es necesario hacer enfoques menos dinámicos con los estudiantes. Entonces, ¿qué prefiere: clases en las que solo el maestro habla o aprende más cuando todos participan?

* Publicado el 23/12/2016