La fascinante transformación de un castillo abandonado en una obra de arte.

Con un estilo inconfundible que combina estructuras geométricas y colores vibrantes, al artista Okuda San Miguel le apasiona exhibir sus obras en lugares poco convencionales. Sus primeras pinturas se hicieron en fábricas y edificios abandonados de Santander, su tierra natal en el norte de España, y ahora se pueden ver en docenas de ciudades de todo el mundo, como Pressigny-les-Pins, a 120 kilómetros al sur de Paris

Allí, un castillo deshabitado hace 30 años revitalizó su fachada y la transformó en un gran mural

Desde la distancia, puedes ver que las formas geométricas superpuestas crean la imagen de dos enormes cráneos

El edificio del siglo XIX, que alguna vez fue la residencia de una familia de la nobleza francesa, fue adquirido por el ayuntamiento local para organizar un evento muy especial en septiembre.

En la ocasión, los 10.000 metros cuadrados del interior del castillo serán asumidos por las intervenciones de más de 100 artistas durante un festival artístico.

A juzgar por el exterior, el resultado, cuando esté hecho, será sorprendente.

Acostumbrado a renovar edificios históricos, Okuda ya había ayudado a convertir una iglesia centenaria en un parque de patinaje.