La psicología detrás de lo que nos hace decir si algo es mejor o peor

Una de las grandes reglas de la vida es sin duda el cambio. Cambiamos cortes de pelo, estilos de música favoritos, trabajos, novio e incluso amigo. A veces lo vemos como algo positivo, pero no siempre es así; hay momentos en que pensamos que lo que ha cambiado ha empeorado nuestras vidas en general.

Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology reveló los resultados de la investigación realizada por Ed O'Brien y Nadav Klein. Analizaron la evidencia que nos hace creer que una situación está cambiando para bien o para mal, y los resultados mostraron que las personas necesitan menos evidencia para creer que la situación ha empeorado y más para estar seguros de lo contrario.

La encuesta invitó a los participantes voluntarios a imaginar una variedad de situaciones diferentes, como deportes, economía y salud; a veces, la idea era hacer que las personas imaginaran que todo estaba bien, y luego tenían que predecir 10 eventos que podrían pasar en el futuro. Luego tuvieron que decir cuál de estos eventos se predijo que sería negativo y duradero.

Comparativos

Parece que realmente somos pesimistas de cartas. En el experimento de O'Brien y Klein, las respuestas de los participantes revelaron que cuando las perspectivas eran buenas, los participantes necesitaban cinco eventos malos para concluir que el escenario había empeorado.

Cuando el punto de partida ya era negativo, los solicitantes necesitaban un promedio de 6.5 eventos positivos para creer que las cosas empezaban a mejorar.

En otro tipo de evaluación, los individuos estudiados se dividieron en tres grupos y se presentaron a un gráfico con indicadores económicos. Para el primero, la información fue que el gráfico comenzó alto y luego disminuyó; para el segundo, la información era que el gráfico alto indicaba una economía saludable. Se informó al tercer grupo que el indicador alto no representaba un gráfico saludable; por lo tanto, las caídas en el gráfico se consideraban buenas para algunos participantes y malas para otros.

Vistas distintas

Tras la presentación diferente de la misma tabla para los tres grupos de voluntarios, los investigadores se preguntaron si la imagen indicaba un cambio económico fundamental. Las respuestas respondieron a las sospechas: los participantes tenían más probabilidades de ver un pequeño cambio como fundamental cuando las cosas empeoraban que cuando mejoraban.

Para los investigadores, esta diferencia tiene que ver con los conceptos de entropía, que nos dicen que para mantener el orden y mejorar, se necesita energía: si toca la guitarra, cuanto más entrene, mejor será cuando toque el instrumento.

Para probar esto, los voluntarios se sometieron a una encuesta final. A la mitad de los participantes se les dijo que jugarían un juego que aprenderían a jugar; para ellos, el juego era muy difícil y requería un esfuerzo real para evolucionar.

Sin embargo, al otro grupo se le presentó un juego que aprovechó las habilidades naturales de cada participante, lo que hizo que el juego fuera cada vez más fácil de realizar en poco tiempo. Luego, se evaluaron cuestiones como el rendimiento, la mejora y el empeoramiento.

Pensamiento estándar

Los participantes que fueron informados de que jugarían un juego difícil tenían el mismo patrón de pensamiento en todos los experimentos: poca evidencia negativa fue suficiente para demostrar que un jugador estaba empeorando mucho, pero se necesitaban muchos aspectos positivos para indicar que estaba mejorando.

Los participantes que jugaron los juegos que coincidían con sus habilidades naturales tenían un patrón de lógica invertido: para ellos, se necesitaban menos pruebas positivas para concluir que un jugador estaba mejorando y más pruebas negativas para decir que alguien estaba empeorando.

Lo bueno de creer que las cosas están empeorando debido a la poca evidencia es que, como resultado, podemos actuar antes para tratar de mejorar la imagen. Estamos acostumbrados a creer que algo mejora cuando nos esforzamos, cuando ponemos nuestra energía en ello, y por eso tendemos a repetir este patrón de pensamiento.

Debido a que creemos que algo solo está mejorando después de más evidencia, terminamos poniendo nuestros esfuerzos en espera, esperando mejorar, a pesar de que ya hemos visto resultados positivos. ¿No es eso algo bueno después de todo?