Antes de colonizar Marte, debemos pensar en cómo nos quedaremos allí.

Con los recursos del planeta Tierra consumidos ferozmente, el crecimiento desordenado y creciente de la población de los últimos siglos, el desafío para muchos científicos de todo el mundo es resolver la ecuación que hace viable la supervivencia de la humanidad durante los próximos milenios. La respuesta suele ser justo ante nuestros ojos y recurrente: el espacio, la frontera final.

Ya hay algunos programas avanzados de exploración espacial destinados a extender la existencia humana. ¿Pero cómo colonizar otros planetas? ¿Cuál explorar? Actualmente, el nombre más citado es Marte, ubicado a una distancia considerablemente cercana a los patrones espaciales, aproximadamente 55 millones de kilómetros.

Cuando los planetas están alineados, esta distancia se puede recorrer en 150 días y puede llegar a 300 dependiendo de las condiciones. Un limitador importante es el combustible, y luego la ecuación es la misma que enfrentamos aquí en la Tierra: cuanto más rápido sea el viaje, más costosa será la bomba de combustible. Como no hay estaciones en el espacio, y es costoso hacer este viaje, se hacen cálculos para optimizar el consumo y sin desperdicio.

La NASA estima que para 2030 habrá misiones tripuladas para Marte. Pero asi? ¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos allí? Además de cada misión espacial que cuesta cientos de miles de dólares, ¿cómo sobrevivimos en un ambiente con temperaturas entre -20 y 120 ° C, sin vegetación ni animales (al menos hasta ahora sabemos)?

La respuesta puede estar en la biología sintética.

Estudios anteriores han sugerido el uso de microorganismos o invernaderos hidropónicos para el cultivo de alimentos en Marte. Ahora, el tema del momento es cómo combinar ingeniería, estudios de ADN y varias otras áreas para la mejora genética y el desarrollo de nuevas funciones para los organismos vivos.

Traer plantas de la tierra e intentar adaptarlas al suelo marciano por sí solo llevaría muchos años. Entonces, la idea principal es desarrollar cultivos que se adapten a las condiciones extremas existentes y con una mejora para que crezcan más rápido que los actuales aquí.

Por lo tanto, además de la posibilidad de producción local de alimentos, que permitiría la estabilidad para misiones tripuladas e incluso hogares, una oportunidad para aumentar el nivel de alimentos disponibles para toda la población de la Tierra en una época en que estamos en el proceso. de escasez, parece una buena alternativa para nuestra propia supervivencia.

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