Los científicos dan valiosos consejos a cualquiera que quiera lucir más inteligente

¿Quién no quiere parecerse a la persona más inteligente del bloque? No importa si es para cautivar a ese duro maestro o, tal vez, para impresionar en una entrevista de trabajo: la pregunta es que puedes parecer una persona más inteligente, ¿lo sabes?

Un estudio reciente de la Universidad de St. Andrews reveló que algunos tipos de expresiones faciales pueden hacer que las personas que te rodean piensen que eres inteligente, o no.

Cuando tu rostro muestra que estás alerta y un poco feliz, las personas que te miran tienden a pensar que eres bastante inteligente.

Para llegar a esta conclusión, los científicos contaron con la ayuda de más de 500 personas. Todos evaluaron imágenes de 100 adultos caucásicos de entre 18 y 33 años y 90 niños de entre 5 y 17 años. Básicamente, los participantes tuvieron que ver las imágenes y contar cómo estaba su estado de ánimo.

Algunas de las imágenes eran de caras neutrales, mientras que otras fueron manipuladas para que la curva alrededor de los labios indicara una leve sonrisa. La apertura de los ojos de las personas también ha cambiado.

El poder de la sonrisa

Por supuesto, los seres humanos saben que existe un vínculo entre la expresión facial de una persona y lo que está pensando en este momento. Lo que no es tan obvio, aunque cierto, es el hecho de que tendemos a creer que las personas hermosas son más inteligentes, y lo mismo es cierto para quienes usan anteojos.

Al final, las personas juzgaron como más inteligentes tanto a adultos como a niños que tenían los ojos muy abiertos y una leve sonrisa en sus rostros: ¡entonces no hay una vida con el ceño fruncido!

Con respecto a los niños, se observó que aquellos que parecían más cansados ​​son considerados menos inteligentes por sus maestros. Desafortunadamente, la percepción de este maestro puede afectar el rendimiento escolar de un niño y mostrarnos que nuestros juicios realmente necesitan ser mejor estudiados e interpretados.

Sin embargo, cuando estás en una entrevista de trabajo o hablando con el director de tu universidad, mantener los ojos abiertos (pero no abiertos) y tener una sonrisa tipo Mona Lisa puede ser de gran ayuda.