Conoce la extraña historia de la mujer que tuvo su propia cesárea

La historia de Inés Ramírez Pérez parece haber salido del episodio de algunas series médicas, pero ella es parte de la vida real. Fue el octavo embarazo de Inés, que tenía 40 años y vivía en una aldea remota en el sur de México. Ella ya había tenido seis partos exitosos y había perdido a su último hijo debido a complicaciones en el parto y esta vez, al ver que estaba teniendo problemas después de 12 horas de trabajo de parto, decidió tomar una acción drástica.

El caso tuvo lugar el 5 de marzo de 2000, cuando Ines no pudo buscar ayuda del centro de salud a más de 80 km de distancia. Cuando comenzó el parto, no pudo advertir a su esposo, que estaba trabajando en una cantina sin acceso telefónico. De hecho, ni siquiera Inés tuvo acceso a un teléfono para pedir ayuda.

Ella sabía que su hijo estaba en peligro: "Si mi bebé iba a morir, decidí que él también iba a morir, pero si fuera a crecer, lo vería crecer", dijo en un comunicado sobre el fatídico día. Para aliviar el dolor, tomó unos sorbos de licor y luego tomó un cuchillo cuya hoja medía poco más de seis pulgadas. Sin ningún conocimiento médico, hizo tres incisiones en su abdomen, cortando verticalmente debajo de su ombligo mientras se agachaba.

Milagro de la vida

cesárea

Ella no lo sabía, pero los médicos explicaron que este corte le impidió perforar otros órganos y le ayudó a salvarle la vida. Después de una hora de intentarlo, Ines finalmente pudo sacar al bebé de su útero. El bebé comenzó a respirar de inmediato y la madre cortó el cordón umbilical poco antes de perder el conocimiento.

Sabiendo que estaba a punto de desmayarse, se ató una camisa alrededor del vientre y le pidió a uno de sus hijos, Benito, de seis años, que fuera al pueblo en busca de ayuda. Benito regresó con ayuda, y el abdomen de Ines fue cosido con aguja e hilo. Inés finalmente fue transportada a un hospital en un viaje de ocho horas, y 16 horas después del nacimiento de su hijo, bautizó desde Orlando, ella y el bebé recibieron la atención posparto adecuada.

La historia sorprendió al personal médico, principalmente porque Ines no tenía hemorragia interna o infección. Además, su útero se estaba recuperando tan bien como lo haría después de una cesárea normal. El caso fue publicado en una revista de Ginecología y Obstetricia, llamando la atención sobre situaciones de mujeres que necesitan luchar por la supervivencia en aldeas remotas donde carecen de apoyo médico adecuado.

Además, Inés recibió el reconocimiento por el mérito de convertirse en la única mujer en el mundo en haber realizado una cesárea en sí misma, con la feliz supervivencia de la madre y el bebé. Impresionante, ¿verdad?

***

¿Conoces el boletín Mega Curioso? ¡Semanalmente, producimos contenido exclusivo para los amantes de las mayores curiosidades y extraños de este gran mundo! ¡Registre su correo electrónico y no se pierda esta manera de mantenerse en contacto!