El cerebro humano permanece preservado por 4,000 años dentro de un cráneo

Es raro encontrar restos humanos en buen estado, lo que hace que el descubrimiento de un cerebro de 4.000 años sea notable. El órgano fue encontrado en 2010 en Seyitomër Höyük, un pueblo de la Edad del Bronce en el oeste de Turquía, y se ha estudiado desde entonces.

La evidencia sugiere que el sitio sufrió un incendio cuando se encontraron huesos carbonizados y objetos de madera quemados. Pero lo más sorprendente es que el tejido cerebral que se encuentra en cuatro esqueletos aún se conservaba después de tanto tiempo. Los resultados de los análisis realizados por científicos hasta ahora se publicaron a fines de septiembre en el Journal of Comparative Human Biology.

Proceso natural

Según el sitio web de New Scientist, el investigador Meriç Altinoz y su equipo de la Universidad de Estambul, Turquía, creen que un terremoto ha nivelado el suelo, enterrando a los habitantes antes de que un incendio arrasara la región.

El pueblo de Seyitomër Höyük. Fuente de la imagen: Reproducción / Otelsikayet

El fuego habría sido responsable de "cocinar" los cerebros en sus propios fluidos y de disminuir la presencia de oxígeno. Los científicos explican que la combinación de estos dos factores es lo que permitió que el material resistiera durante tantos años.

Otros análisis sugieren que el suelo, que es rico en potasio, magnesio y aluminio, también desempeñaría un papel importante en la preservación de los cerebros encontrados. El contacto de estos elementos con los ácidos grasos en el tejido humano da lugar a lo que la ciencia llama adipocera, que es una sustancia suave similar a la cera que habría ayudado a mantener la forma del cerebro.

El futuro de la investigación.

Frank Rühli, investigador de la Universidad de Zurich, Suiza, que ha analizado los tejidos cerebrales medievales, cree que el estado de conservación de un asunto tan antiguo es impresionante. Ahora los investigadores deben continuar con sus estudios para comprender el funcionamiento del cerebro en épocas prehistóricas.

"Si queremos saber más sobre la historia de la enfermedad neurológica, necesitamos este tipo de tejido", explica Rühli, quien dice que los arqueólogos no suelen preocuparse por los restos de materia cerebral porque creen que rara vez se conservarán. "Si publicamos estos casos, las personas serán cada vez más conscientes de que también es posible encontrar tejidos cerebrales originales", concluye.