Estudio señala que aquellos que nunca se disculpan son más felices

¿Recuerdas un momento en que eras niño cuando hiciste algo con un pequeño amigo tuyo, te regañaron mucho, te castigaron y tus padres te obligaron a disculparse más tarde? Si lo piensa, probablemente se dará cuenta de que la parte más dolorosa de esta experiencia no fue el sermón, el castigo o el sufrimiento de su amigo, sino la horrible sensación de tener que disculparse.

Sin embargo, según un informe publicado por Smithsonian.com, un grupo de investigadores asegura que ese mal presentimiento no solo nos persigue durante la infancia, sino que pedir disculpas nos hace sentir mal por toda la vida. Los psicólogos pidieron a un grupo de personas que recordaran algunas transgresiones, como cortar a otro conductor en el tráfico o robar a alguien, y si se habían disculpado por ellos o no, y cómo se sintieron después.

Resultados

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Más tarde, los investigadores pidieron a los participantes que escribieran un correo electrónico en el que pudieran elegir si pedir disculpas o no por sus acciones. Los psicólogos han descubierto que, al contrario de lo que nuestros padres siempre nos han enseñado, disculparse no hace que las personas se sientan mejor. De hecho, lo contrario es cierto! Los resultados del estudio mostraron que el correo electrónico en el que las personas se disculpaban los hacía sentir peor.

Aparentemente, negarse a disculparnos nos hace sentir más poderosos, y ese poder y control parecen traducirse en un sentido más fuerte de autoestima. Además, los investigadores encontraron que los participantes que se negaron a disculparse, además de sentirse más satisfechos, irónicamente también mostraron un aumento en su sentido de integridad personal.