Generación de energía solar en el espacio: ¿posible proyecto o demasiado sueño?

El número de habitantes en el planeta Tierra aumenta cada año, y esto hace que la demanda de energía crezca en la misma medida. Se están implementando formas cada vez más sostenibles de generación de energía, asegurando que el proceso no cree problemas para el medio ambiente en el futuro.

Aunque las plantas de energía hidroeléctrica, geotérmica, eólica y solar son opciones limpias y efectivas, existen limitaciones para cada una. No todos los ríos pueden transformarse en grandes embalses, al igual que regiones específicas del planeta pueden desplegar soluciones que utilizan el viento o la temperatura de la superficie.

Obtener energía solar es relativamente fácil, pero la eficiencia de los paneles varía con la distancia del Sol. Esto hace que una placa colocada en la Línea del Ecuador pueda generar más energía que una posicionada en Canadá. Al llevar los paneles al espacio, la eficiencia aumentaría dramáticamente, porque el sol nunca se pone allí, y esa posibilidad no parece estar tan lejos de la realidad.

Plantas orbitales

La idea de colocar paneles solares en el espacio para la generación de energía se ha discutido desde la década de 1970, pero la organización y el costo del contrato hicieron que el proyecto siempre sea un sueño. El desarrollo de la tecnología, que hizo posible la producción en masa de pequeños satélites y la reutilización de cohetes, ha llevado a considerar nuevamente esta solución.

Hay muchas ideas sobre cómo obtener y transmitir energía eléctrica desde el espacio, pero básicamente todas consideran el uso de miles de satélites, ubicados en órbita geosíncrona. Parte de ellos sería responsable de concentrar y dirigir la luz solar sobre paneles que aún están en el espacio, lo que generaría electricidad y la transformaría en microondas de baja intensidad, que luego serían transmitidas a grandes receptores circulares en el suelo.

Aunque suena muy avanzado, la tecnología utilizada para alimentar de esta manera es relativamente simple. Esto lo afirma el investigador de la NASA John Mankins, quien en 2011 recibió fondos para detallar el concepto de una planta de energía solar espacial. Para él, los grandes impedimentos son la inversión inicial y la necesidad real de la solución en este momento.

El costo de implementar tal solución no es el mayor. Mankins, así como otros investigadores, estiman que con $ 5 mil millones se podría poner en funcionamiento una planta solar espacial. Si comparamos esto con los $ 28 mil millones gastados en la presa de las Tres Gargantas en China, o los $ 4.7 mil millones gastados en el complejo de generación de energía nuclear de Watts Bar, que tardó 43 años en completarse, vemos lo cual no es algo poco realista.

Según el CEO de Solaren, Gary Spinark, uno de los mayores desafíos de esta nueva solución es crear las condiciones para que el costo de producir energía coincida con las otras opciones disponibles.

Solaren y el futuro de la energía.

La compañía ya produce y vende energía en el estado de California, pero su objetivo principal es comenzar las operaciones de generación de energía en el espacio. Ya se han realizado negociaciones con los inversores y registros de patentes, y Spinark espera persuadir a algunos inversores para que depositen una planta piloto de 250 MW que se espera que esté instalada para 2023.

Este despliegue cae en uno de los puntos más relevantes cuando hablamos de cohetes, que es el peso. Por mucho que el costo de lanzamiento se haya reducido drásticamente en los últimos tiempos, cada libra cuenta cuando queremos poner el equipo en órbita. Es por eso que el ingeniero Paul Jaffe del Laboratorio de Investigación Naval de EE. UU. Busca optimizar el tamaño de los módulos de transmisión de energía y recepción de luz solar.

Aunque existe la opción de lanzar equipos con un cohete reutilizable, se están elaborando planes basados ​​en el uso de vehículos tradicionales. Y sin embargo, se necesitarían algunos lanzamientos para movilizar toda la estructura.

¿El comienzo de una estrella de la muerte?

Jaffe dice que la pregunta más frecuente sobre el sistema es: ¿no llegará este rayo a las aves y a los aviones? Según él, no hay problema porque la misma frecuencia se usaría en nuestros teléfonos móviles. Además, existen varias regulaciones sobre el tema que impiden la transformación de una antena en un rayo de la muerte.

Los críticos de la solución, incluido el famoso CEO de Tesla, Elon Musk, dicen que el proceso de conversión de energía termina haciendo que el costo final sea demasiado alto. Pero Jaffe cree que la tecnología existente será suficiente para poner el sistema en funcionamiento con valores realistas.

Para Mankins de la NASA, esta es una solución que debería recibir más inversión pública porque a medida que la población mundial crezca, no será posible reducir las emisiones de carbono utilizando las soluciones actuales. La generación de energía limpia es esencial para que la naturaleza no se vea irreversiblemente afectada por la agresión de los humanos.

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