Hombre de Popeye: el buzo tenía su cuerpo completamente inflado por accidente

Alexandre Ramos, o Willy, como lo apodan sus familiares, tomó su sustento del mar. Era un padre de dos hijos de 51 años que llevaba una vida normal con su familia en la ciudad de Pisco, Perú.

Sin embargo, en 2013, su vida cambió dramáticamente cuando, durante una pesquería de mejillones, un bote cortó su manguera de oxígeno.

“Sabía que tenía que llegar a la superficie lo antes posible, ya no podía quedarme allí. Me separé del cinturón de plomo y mi cuerpo subió como una bala ”, dijo Willy.

Está convencido de que esta fue la causa de su condición actual, pero nunca obtuvo ninguna confirmación médica. Tiene que lidiar diariamente con dolor severo en los huesos y las caderas, además de la dificultad para respirar. Su cuerpo estaba hinchado y actualmente pesa 30 libras más que antes del accidente. El ex buzo declaró que tenía depresión e incluso consideró quitarse la vida.

Su hermana Mary dice que los niños son especialmente curiosos, muchos de ellos comentan que se parece al personaje de Popeye.

Su caso está siendo estudiado en el Centro Médico Naval de Lima. El experto, Raúl Aguado, comentó que cuando se bucea, el cuerpo está bajo mayor presión, causando cambios físicos en el aire. El nitrógeno cambia y burbujea porque no tiene suficiente tiempo para salir del cuerpo. Por esta razón, emerger abruptamente es muy arriesgado.

Estas ampollas, como con Willy, pueden bloquear los vasos sanguíneos y quedar atrapadas en las articulaciones, causando dolor e hinchazón. Los casos como el suyo generalmente se tratan en cabinas donde la presión atmosférica es más alta y se respira oxígeno, lo que permite alcanzar las áreas afectadas del cuerpo. Lamentablemente, esto nunca resolvió los problemas peruanos.

Después de los exámenes, su teoría finalmente se confirmó: tiene burbujas de nitrógeno en su tejido adiposo causadas por el accidente en 2013. Pero, para felicidad de Willy, a partir de este diagnóstico, los tratamientos y la cirugía reconstructiva finalmente pueden comenzar. "Hay una luz al final del túnel", dice, con la esperanza de que algún día pueda volver a bucear.