Japón rompe acuerdo internacional y las ballenas vuelven al comercio

La caza comercial de ballenas se ha convertido en un tema muy sensible y controvertido, especialmente después de casi causar la extinción de varias especies, lo que ha llevado a la CBI a prohibir su práctica.

Un anuncio realizado el miércoles por el portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga, dijo que Japón se retiraría de la Comisión y que se permitirá la caza comercial a partir de julio, reduciendo el número de países miembros de la CBI en 89. La actividad se limitará solo al territorio marítimo japonés y sus zonas económicas y, por lo tanto, el país debe terminar con la caza en el Océano Antártico y el hemisferio sur.

Además, los funcionarios japoneses han declarado que comer carne de ballena es parte de su cultura y ya no están dispuestos a renunciar a la comercialización. También se ha dicho que la CBI no está en línea con sus objetivos, aunque no apoya la caza sostenible, sino que se preocupa por conservar el número de estos animales.

Esta actividad se ve en el territorio japonés durante unos treinta años debido a la "investigación científica", que sería una excepción a las normas de la Comisión, pero en la práctica la carne termina en pescaderías. Además, a pesar del acuerdo, las poblaciones costeras todavía cazan ballenas. El mercado se benefició enormemente de esto, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando su carne era la principal fuente de alimento. Pero tras el acuerdo de la Comisión, la venta se desplomó a niveles absurdos.

Esta nueva postura no le da al país total libertad. Aunque puede cazar especies bajo una gran amenaza de extinción, como las ballenas minke, por ejemplo, aún estará sujeto al derecho internacional. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar obliga a los países a colaborar en la conservación de estos animales a través de organizaciones internacionales, aunque no especifica cuáles.

Japón, con su ideal de caza, podría unirse a la Comisión de Mamíferos del Atlántico Norte (Nammco). Actualmente consta de cuatro países que, como la nación japonesa, no están de acuerdo con el aspecto de la CBI. Sin embargo, a pesar de la firmeza de los japoneses y el apoyo de algunas naciones que se beneficiarán del cambio, la declaración ha generado repercusiones extremadamente negativas y atrajo muchas críticas internacionales. Los grupos de conservación ambiental ya han afirmado que esta decisión tendrá graves consecuencias para la preservación marítima.