La oruga que come tabaco tiene un aliento tóxico que repele a los depredadores

Mucho antes de inhalar nicotina de los cigarrillos, las plantas la usan para defenderse de los animales. Recuerde que la nicotina es un químico tóxico y puede ser fatal para algunos seres. Su acción ocurre en los músculos y, cuando se ingiere en grandes cantidades, puede causar parálisis y, en consecuencia, la muerte.

Pero eso no es lo que sucede con la oruga que ves en la imagen de arriba. Curiosamente, esta especie ( Manduca Sixth ) se especializa en alimentarse de hojas de tabaco, ya que su cuerpo tolera dosis de nicotina que podrían matar fácilmente a otros animales. La oruga descarta gran parte de la sustancia, pero la parte que queda en su cuerpo se utiliza como mecanismo de defensa.

Pavan Kumar y sus colegas del Instituto Max Planck de Ecología Química en Alemania descubrieron que el insecto exhala la sustancia a través de sus poros y, por lo tanto, crea una nube tóxica a su alrededor, que es suficiente para repeler a los posibles depredadores. Los investigadores llamaron a este fenómeno "halitosis defensiva".

La explicación científica

Intenta atacar a una araña en una oruga que tiene una nube de nicotina a su alrededor. Fuente de la imagen: Reproducción / National Geographic

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Kumar comenzó a criar esta especie de oruga en 2010. Al alimentar a los insectos con tabaco genéticamente modificado para tener una cantidad reducida de nicotina, los científicos observaron que uno de los genes de la oruga (que se conoce con el nombre CYP6B46) fue menos activo que en otros insectos, lo que sugiere que su función principal sería resistir los efectos de la nicotina.

El segundo paso de la investigación fue alterar el tabaco para que pudiera desactivar el gen en el organismo de las orugas que se alimentaban de la planta y luego liberarlos en la naturaleza. Poco después, los investigadores notaron que estos insectos murieron durante la noche. Se descubrió que la causa de la muerte eran las arañas lobo, depredadores que no ofrecían ningún riesgo a las orugas que se alimentaban de tabaco no modificado. Sin embargo, los insectos que tenían el gen CYP6B46 desactivado se convirtieron en presas fáciles para las arañas lobo.

Un análisis más detallado mostró que los cuerpos de las larvas y las heces no tenían rastros de nicotina, lo que llevó a los investigadores a notar que la función del gen CYP6B46 era redirigir la nicotina del estómago a la hemolinfa, un líquido que tiene el mismo función de la sangre A partir de ahí, los insectos liberaron la sustancia tóxica a través de sus espiráculos, que son pequeñas aberturas con función respiratoria.

De toda la nicotina que consume esta especie de oruga, solo el 0.65% se destina a la hemolinfa. Incluso si es una cantidad pequeña, esta concentración es suficiente para cuadruplicar la cantidad de sustancia en el aire circundante y repeler insectos maliciosos.

Un fenómeno común

Fuente de la imagen: Reproducción / National Geographic

Es de destacar que este fenómeno no ocurre exclusivamente con las orugas que comen tabaco. En el reino animal, se sabe que otros seres aprovechan las sustancias que ingieren como mecanismo de defensa, como Malacosoma americanum, otra especie de oruga que transporta grandes cantidades de cianuro de hidrógeno y usa la sustancia para deshacerse de ella. hormigas

Lo que sorprende a los investigadores es que la nicotina es realmente demasiado tóxica para almacenar. En cualquier caso, creen que la sustancia sirve para repeler a otros depredadores de orugas, con la excepción de las hormigas león y los insectos de ojos grandes. Kumar y su equipo aún no pueden explicar cómo estos animales pueden capturar la oruga y no sufrir los efectos de la nicotina.

La lección para nosotros es que lo que no mata a la oruga del tabaco fortalece aún más la especie.