Las lavas y las llamas azules crean un aspecto increíble en un volcán en Indonesia
Olivier Grunewald es un fotógrafo especializado en hacer clic en paisajes naturales. Escuchó por primera vez del volcán Kawah Ijen de Indonesia en 2008, y su curiosidad por registrar la belleza del sitio fue casi instantánea.
Por esta razón, se asoció con Régis Etienne, quien es presidente de la Sociedad de Vulcanología de Ginebra, para fotografiar a Kawah Ijen, conocida por su lago ácido y la minería a cielo abierto de azufre en el corazón de Volcán
Estos dos aspectos hacen que permanecer en el sitio sea extremadamente peligroso debido al dióxido de azufre que se adueña del aire, pero aun así, el fotógrafo y el especialista han realizado varias expediciones al volcán para reunir escenas y fotografías que representan todo belleza del fenómeno y la difícil vida de las personas que viven en la minería de azufre.
Una sustancia, varios colores.
Es precisamente este compuesto el que hace que el volcán en la noche se vea increíble. Cuando la combustión de azufre, iniciada por los mineros con la ayuda de antorchas, entra en contacto con el aire, se licua y esto genera llamativas llamas azules, mientras que el azufre fundido parece una lava igualmente azul. Las llamas pueden tener hasta cinco metros de altura.
Durante el enfriamiento, el azufre se vuelve rojo y naranja hasta formar grandes cristales amarillentos, el color que la mayoría de nosotros asociamos con la sustancia. Estas piezas de azufre son recolectadas y vendidas por los mineros. El destino de la sustancia suele ser la industria química y alimentaria.
En total, Grunewald y Etienne pasaron 30 noches en condiciones extremas para crear un documental sobre el volcán, que se lanzará en marzo en Francia. Para dar a conocer este trabajo, los profesionales lanzaron un avance, que se puede consultar aquí. A continuación se presentan algunas fotografías de Olivier Grunewald: