Una forma más de demostrar a los conspiradores que el hombre estaba en la luna

Según los registros históricos de la NASA, de todas las misiones con este fin, los humanos aterrizaron en la luna seis veces, pero los teóricos de la conspiración aún insisten en que el número real es cero.

Los conspiradores citan argumentos como malentendidos de la física, banderas ondeando en un lugar sin viento, la falta de estrellas en los videos y otros factores para tratar de convencer a otros de que los astronautas estadounidenses nunca han pisado nuestra luna.

Incluso puede ser un lector que no cree que la raza humana haya pisado el suelo lunar. Y, bueno, todos creen lo que quieren, ¿no?

El polvo lunar

Pero un historiador espacial ha revelado recientemente otra forma de demostrar que está mal creer en las teorías de conspiración de que el hombre nunca ha pisado nuestro satélite natural. Según ella, hay muchas pruebas que demuestran ser ciertas, pero el secreto radica en la forma en que la sonda lunar levantó el polvo.

La historiadora que señaló esto es Amy Shira Teitel, quien lanzó un video que explica una vez más cómo las misiones lunares no podrían haber sido falsificadas en la Tierra. Según lo que dice Amy, el polvo de la luna cae de las ruedas de la sonda de una manera diferente a como lo haría en tierra. Muestra los cálculos de dos científicos que utilizaron imágenes de la misión Apolo 16 para explicar la evidencia.

El video está en inglés, pero Amy lo explicó todo en un artículo en el blog Vintage Space de Popular Science. Según su aclaración, el movimiento ascendente y descendente del polvo levantado por las ruedas de la sonda lunar simplemente no podía reproducirse en ningún lugar del mundo.

La clave es la trayectoria del polvo que vuela detrás de la sonda a medida que se mueve. Este es el principal factor analizado y probado matemáticamente por Hsiang-Wen Hsu y Mihály Horányi, dos científicos del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado.

Proceso de estudio

Los dos expertos dividieron el video de la ruta de la nave espacial durante la misión Apolo 16 en imágenes individuales de modo que cada imagen correspondiera a un cuadro. A partir de esto, observaron la serie en la cual la sonda fue guiada a velocidad constante en ángulo recto con la cámara. Esto les dio una vista lo más cercana posible a un plano bidimensional.

Esta forma hizo que la tarea de rastrear el polvo fuera una simple cuestión de planificar su movimiento contra los dos ejes unidos al parachoques trasero de la sonda. El eje horizontal representaba la velocidad y el eje que se extendía verticalmente desde el parachoques representaba la altura.

Acompañando el movimiento de la nube de polvo, se muestran claramente los rastros de polvo, que los científicos llaman "colas de cola", que son característicos de ese entorno, no el simple arco parabólico de una nube de polvo que veríamos producido por una sonda realizada en la tierra.

Esta forma particular de cola de gallo depende únicamente del entorno lunar. La velocidad inicial de las partículas de polvo basada en la velocidad del robot, la intensidad del campo gravitacional, que es un sexto de lo que tenemos en la tierra, y la falta total de resistencia al aire son factores clave para determinar dicha forma.

Al pasar estos datos visuales a las fórmulas, Hsu y Horányi pudieron trazar el movimiento del polvo en un gráfico (arriba), convirtiendo las colas de la sonda en una visualización matemática.

Una vez hecho esto, los científicos utilizaron las mismas fórmulas para trazar los caminos de las partículas de polvo en la Tierra, teniendo en cuenta la resistencia del aire. Y debido a que la resistencia del aire afecta las partículas de diferentes tamaños de manera tan drástica, tomaron dos valores para que el polvo del suelo resultara en buena medida.

Con los valores calculados, los expertos demostraron que en cualquier entorno las partículas comienzan a la misma velocidad inicial, pero sus trayectorias balísticas son muy diferentes. La resistencia del aire en la Tierra arrastra las partículas rápidamente, mientras que en la luna, la falta de resistencia del aire da a las partículas una trayectoria de suspensión cada vez más larga.