(Fuente de la imagen: Reproducción / Chandra X-Ray Observatory)

¡Imagínese si Johannes Kepler, famoso astrónomo que observó la aparición de una nueva estrella en 1604, pudiera tener acceso al equipo y la tecnología que tenemos disponibles hoy!

Ahora sabemos que la estrella extremadamente brillante que observó Kepler, y que lleva su nombre, es en realidad los restos de una supernova que se originó de la explosión de una estrella hace millones de años. Según la información publicada en el sitio web de la misión, dichos fragmentos permanecen activos y los científicos monitorean su actividad a través del Observatorio de rayos X Chandra, lanzado en 1999 por la NASA.

La imagen muestra variaciones en los niveles de energía capturados por los rayos X, y revela la forma adoptada por la explosión de la estrella. Además, la representación anterior es el resultado de más de 200 horas de observaciones realizadas en 2006, lo que sugiere que la explosión pudo haber sido mucho más poderosa y haber ocurrido a una distancia mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente.

Fuente: Observatorio de rayos X Chandra