Los investigadores encuentran una forma sencilla de acabar con la inseguridad

Es difícil encontrar a alguien que pueda decir con convicción que nunca ha sentido inseguridad en su vida. Por razones reales o imaginarias, es común que la inseguridad aparezca de vez en cuando, y puede tener que ver con factores que van desde su aceptación con los compañeros de trabajo hasta el contenido que estudió para esa prueba de química. También hay quienes se sienten inseguros la mayor parte del tiempo, lo que hace que la inseguridad a menudo sea paralizante.

Un estudio reciente sobre el tema ha creado un método que promete resolver el problema de una vez por todas, eliminando de la inseguridad el poder que a menudo tiene para poner fin a nuestra salud y felicidad.

Los investigadores Wenjie Yuan y Lei Wang de la Universidad de Pekín centraron sus estudios en la inseguridad general, que es lo que uno siente acerca de varios aspectos de la vida: apariencia, estudios, trabajo, relaciones amorosas, relaciones sociales. Este es el tipo que más daña nuestra salud mental.

Optimismo

La inseguridad nos impide centrarnos en lo que hay que hacer para mejorar la situación, después de todo, siempre pensamos que nada funcionará. Para Yuan y Wang, una forma simple de terminar con este problema es enfocar nuestros pensamientos en el optimismo siempre que sea posible.

Cuando somos optimistas, tenemos menos miedo a los eventos que pueden salir mal simplemente al enfocarnos en lo que puede salir bien y salir según lo planeado. Las personas más optimistas no solo son más felices sino que están menos ansiosas y pueden manejar mejor las situaciones estresantes.

A las pruebas que buscaban comprender la relación entre inseguridad, optimismo y salud mental asistieron 209 personas con una edad promedio de 29 años: el 52% de los participantes eran hombres. Todos respondieron un cuestionario en dos momentos diferentes, con un intervalo de un mes.

Provinha

Las preguntas evaluaron cuatro elementos de inseguridad general: cuando los participantes se sintieron seguros; cuando eran generalmente inseguros en las relaciones sociales; cuando se sentían inseguros mientras caminaban por las calles; y cuando tenían ganas de huir, sintiéndose amenazados.

Las preguntas también buscaban saber si los participantes tenían miedo al fracaso y cómo se sentían al ver el lado positivo de las situaciones.

Después de evaluar todos estos puntos, los investigadores midieron los niveles de salud mental, con la ayuda de los participantes, quienes respondieron otro cuestionario cuya función era evaluar las habilidades de concentración.

Según los investigadores, aquellos a quienes les resulta más fácil concentrarse tienden a ser más optimistas y, en consecuencia, a tener niveles más bajos de inseguridad. Lo bueno es que, según los autores del estudio, el optimismo es un rasgo mutable que cualquiera puede desarrollar: es un rasgo de estado, no de personalidad.

¿Pero como?

Pensar en el optimismo como algo que podemos desarrollar es la pregunta más obvia: ¿cómo? Digamos que tienes una entrevista de trabajo. Si te pones nervioso e inseguro, las posibilidades de que esto sea percibido negativamente por la persona que evaluará tu desempeño son excelentes; en cambio, si eres optimista y confiado, se mostrará.

Según los investigadores, una forma de no sentirse inseguro ante tal situación es culpar a los fracasos anteriores de otro factor: la falta de sueño, el día lluvioso e incluso la incapacidad de quienes lo calificaron. De esta forma, al quitarle cualquier responsabilidad, puede ir a la nueva entrevista con más confianza.

Sin embargo, los investigadores dejan en claro que esta técnica no es ideal para todas las situaciones. No es saludable culpar a otras personas y circunstancias de todo lo que sale mal, al menos no siempre. La verdad es que cada fracaso tiene algo que enseñarnos, pero es bueno enfocar nuestros pensamientos solo en lo que funcionó cuando tenemos algo importante con lo que lidiar, como una entrevista de trabajo, y no queremos parecer inseguros.