¿Por qué escuchar el ruido del agua en movimiento nos hace querer orinar?

El agua de la ducha que cae, la fuente del acuario en la sala de espera de la oficina, la cascada. ¿Qué tienen en común estas tres cosas? Agua en movimiento. ¿Y qué hace el agua en movimiento para la mayoría de las personas? Te da esa necesidad casi incontrolable de orinar, pero ¿por qué?

La respuesta a esto puede estar en lo que los urólogos y psicólogos llaman el "poder de sugestión", que no es más que una asociación hecha por nuestra mente para escuchar el ruido del agua, que suena como el ruido que hacemos al orinar, y llévanos a pensar "¡Uy, tal vez quiero orinar!".

Toda esta asociación, que ocurre inconscientemente en nuestros cerebros, se llama una "respuesta condicionada", que también es lo que hace que un perro salive al colocar un jugoso trozo de carne frente a él. Bien, eso es algo obvio, piensas, y estamos completamente de acuerdo con tu razonamiento, pero esta evidencia fue llevada más allá por el investigador Ivan Pavlov.

La carne, la campana, el agua y el pipí.

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Básicamente, lo que hizo el chico fue probar la reacción de un perro a un bistec jugoso. Cada vez que el perro seguía salivando y con ganas de enviar ese pedazo de carne adentro. Resulta que cada vez que el perro veía la carne, Pavlov tocaba una campana. Después de un tiempo, fue suficiente para que sonara la campana, sin que se sirviera ningún bistec, para que el perro comenzara a salivar y querer comer. ¿Notaste la relación? Aquí hay otro caso de respuesta condicionada.

Posiblemente por la misma razón por la que los animales humanos asociamos los ruidos del agua corriente con la micción, y por eso, tenemos ganas de orinar. Esto es tan cierto que cuando un paciente se somete a una cirugía y recibe anestesia general, generalmente cuando regresa a la habitación, el personal médico le pide que haga pipí. Como no siempre es tan fácil, alguien en enfermería a veces sugiere que el grifo del baño permanezca ligeramente abierto. Y entonces la cosa fluye.

La verdad es que estas relaciones son teóricas por ahora, después de todo, la ciencia aún no ha estudiado este tema en profundidad, pero sabemos que existe una relación entre una cosa y otra. Algunos investigadores van más allá y sugieren que solo ver paisajes de océanos o cascadas ya nos estimula en el sentido urinario de las cosas. Eso es ser influyente, ¡eh!

* Publicado el 29/04/2016