Regla tres: una manera fácil para aquellos que quieren comunicarse mejor

Los humanos son de naturaleza comunicativa, pero algunas personas no tienen muchos recursos para iniciar o mantener una conversación. Esto ocurre por varias razones: inseguridad, miedo, incomodidad. La mente humana a veces puede sabotearnos sin dar muchas pistas.

El hecho es que poder comunicarse de manera efectiva es fundamental para muchos aspectos de la vida de una persona: desde la vida familiar, la experiencia escolar y académica, hasta las relaciones amorosas y, por supuesto, el lugar de trabajo.

Afortunadamente, por inteligentes que somos, casi siempre podemos encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan. Psychology Today ha publicado recientemente una forma de mejorar sus habilidades de comunicación basada en una regla de tres. No, no lo leíste mal: realmente estamos hablando de la regla de tres, pero no de la forma en que la conoces.

No tiene nada que ver con las matemáticas.

Karl Albrecht, autor de más de 20 libros sobre psicología, explica que, en general, la clave para convertirse en una persona comunicativa con la que otros disfrutan hablar es simple: es hablar con alguien, no con alguien. "Funciona como magia", dice.

Para explicar mejor lo que significa este consejo, Albrecht utilizó la cita de uno de los responsables del surgimiento de la psicología moderna, William James: "La necesidad más profunda de todo ser humano es el deseo de ser apreciado". No sirve de nada incluso tratar de negar: cuando somos favorecidos entre las personas con las que vivimos, nos sentimos bien.

Es a partir de este razonamiento que Albrecht continúa: para él, lo que hace que una persona sea aburrida es cuando habla solo de sí mismo y no se molesta en escuchar al otro. También explica que una conversación no se trata solo de diálogo, sino de otros elementos que se revelan a través de lo que decimos: respeto, aprecio, generosidad. Para Albrecht, hay tres pequeños pasos para una mejor comunicación, y los conocerá a continuación.

Declaraciones: Algunos hechos son verdades innegables y, de ser así, puede citarlos en una conversación. ¿Quieres un ejemplo? "Hoy, el Papa Francisco es el mayor representante de la Iglesia Católica". Esa es información cierta e indiscutible, ¿no? Simplemente no hay otro papa. Ahora, cuando dice cosas como "ningún seguro de salud funciona en este país", demuestran que la conversación es sobre ellos y la opinión que consideran la única verdadera.

Preguntas: Aquí el punto es complementario al ítem anterior. Cuando una persona no pega sus opiniones en sus gargantas debajo de otras, generalmente hacen preguntas durante una conversación. “¿Qué piensas de los candidatos?” Y “¿Cómo estás manejando este cambio?” Son oraciones cortas que muestran interés en lo que el otro tiene que decir y transmiten la idea de que el orador está realmente participando en el diálogo.

Calificadores: Un punto aquí es quién puede expresar sus opiniones de manera clara, bien fundada y sin agresión. Si no hay consenso sobre el uso de cookies o crackers, cualquier problema más profundo siempre tendrá al menos dos puntos de vista. ¿Quieres un ejemplo? "No puedo decirlo en nombre de todos, pero para mí la mejor forma de estudiar para un examen es tomar notas con bolígrafos de colores". Esto demuestra que respeta otras formas de estudio y que comprende que lo que funciona en su caso no tiene que aplicarse a todos.

Leyendo comentarios ...

Simplemente lea cualquier sección de comentarios en Internet para ver que muchas personas tienen dificultades para lidiar con opiniones contrarias a las suyas y que crea incomodidad, agresión e indisposición. Estas personas son las menos capaces de comprender estos tres aspectos explorados por Albrecht.

Explica que aquellos que pasan toda su vida luchando con las opiniones de otras personas actúan de esta manera porque inconscientemente creen que si admiten que otros pueden pensar de manera diferente, serán vistos como débiles o perdidos. Tiene ... tiene mucho sentido.

Albrecht nos invita a probar su regla de tres, a tratar de monitorear lo que decimos durante una conversación, e incluso cómo hacemos tales declaraciones. ¿Le damos cabida a la opinión de los demás? ¿Nos interesa lo que piensa el otro o solo nos preocupa decir lo que creemos que es correcto?

¿Cómo te sientes cuando alguien comienza a hablar sin dar lugar a tu respuesta? ¿Qué piensas de aquellos que no te escuchan o muestran interés en lo que dices? Si no le gusta este tipo de persona, que es más que natural, simplemente vigílese para no actuar como ella.

* Publicado el 28/12/2016