¿Sabías que el sol no es la estructura más grande del sistema solar?

Ya sabes que el universo es gigante, que la Vía Láctea es solo una de las muchas galaxias que existen, pero dentro de ella hay una inmensidad a menudo inconcebible. Por ejemplo: Júpiter es tan grande que su tamaño es mil veces el tamaño de la tierra. Y a pesar de que es tan grande, mil Júpiter encajarían en el Sol. Entonces podemos suponer que el Sol es el elemento más grande del Sistema Solar, ¿verdad? Mal!

Primero, regresemos al Sol, una estrella cuyo interior se mueve constantemente con explosiones nucleares gigantescas, capaces de producir una presión interna que transforma el hidrógeno en helio a través de la fusión nuclear. Hay algunos astrónomos que se refieren al Sistema Solar como una unión del Sol, Júpiter y otros desechos, lo que implica que el planeta gigante y la estrella son los cuerpos más grandes de nuestro Sistema Solar.

Una cuestión de punto de vista

Aunque esta idea parece tener sentido, la verdad es que el Sol aún no es lo más importante en el Sistema Solar, y tampoco es nada que orbita la estrella madre del Sistema Solar. El gigante en cuestión fue producido por el Sol, y aunque es más grande que el Sol mismo, no es visible aquí desde la Tierra. ¿Sabes de quién estamos hablando? Así que mantén ese nombre: heliosfera.

Esta megaestructura comienza en el interior del Sol, durante el proceso frenético que convierte millones de toneladas de hidrógeno en helio cada segundo. Toda esta energía eventualmente resultó en la formación de un nuevo "cuerpo" que fue expulsado de la superficie solar y trajo consigo un número infinito de partículas cargadas, creando un campo magnético completamente nuevo y único. Por lo tanto, la heliosfera es un tipo de burbuja que cubre casi todo el sistema solar. Esta burbuja, por supuesto, hace que el sol se vea pequeño.

El poder de la heliosfera.

Ya se sabe que la superficie solar es una explosión constante y que salen los materiales resultantes del calor interior de la estrella gigante. Simplemente no hay forma de detener este proceso explosivo. Por ejemplo, no hay forma de detener la luz solar, las partículas magnéticas y el poderoso campo magnético alrededor de la estrella. La heliosfera es, por lo tanto, imposible de contener.

Estas partículas cargadas magnéticamente son expulsadas a través de los innumerables agujeros en la superficie solar. Solo para darle una idea de la magnitud de la cosa, sepa que en algunos episodios de llamarada solar, se arrojan alrededor de mil millones de toneladas de partículas magnéticas a miles de millas por hora. Estas manchas solares son responsables de gigantescas explosiones de energía magnética que se libera en el universo.

Protección y alcance

Afortunadamente, el campo magnético de la Tierra y la delgada capa atmosférica que cubre nuestro planeta pueden protegernos de los efectos más peligrosos de estas erupciones solares. Esta energía magnética es tan grande que no solo pasa a través de la Tierra, sino que puede llegar incluso al frío Plutón. Se llaman vientos solares.

De hecho, el final de la heliosfera delimita el comienzo del llamado espacio interestelar, es decir, es una burbuja muy, muy grande. Aún así, no se sabe exactamente en qué punto la burbuja de calor comienza a debilitarse y terminar, pero hay una cosa al respecto: esta estructura es, sin duda, la más grande del Sistema Solar.