Considere los principales atributos de los superhéroes como Iron Man y el Capitán América. ¿Alguna vez te has detenido a pensar que, por ejemplo, hay exoesqueletos en desarrollo en todo el mundo, así como investigaciones centradas en frenar el envejecimiento y hacer que los humanos sean más fuertes e inteligentes? Todos estos avances están sucediendo ahora y en la vida real, pero ¿puede la ciencia alguna vez hacernos sobrehumanos?

Súper armadura

Ya existen varios prototipos de exoesqueletos en todo el mundo, y algunos modelos incluso han salido de los laboratorios y se están utilizando para mejorar la vida de las personas con discapacidades. Además, varios proyectos en curso se centran en desarrollar dispositivos para proteger y hacer que los soldados sean más fuertes y rápidos en el campo de batalla, por ejemplo.

Exoesqueletos ya en uso

De hecho, varias de las tecnologías presentes en la armadura de Tony Stark ya se han desarrollado y son una realidad. Sin embargo, ninguno de los exoesqueletos producidos hasta la fecha es tan sofisticado y poderoso como el utilizado por Iron Man.

El problema de poder reproducir en la vida real el mismo tipo de armadura utilizada por el héroe de ficción es que un equipo como el suyo necesitaría una fuente de poder increíblemente poderosa para seguir funcionando. De todos modos, considerando lo rápido que avanzan las tecnologías, ¿quién garantiza que los científicos pronto no terminarán inventando un minirreactor alucinante y encontrando una forma de evitar esta dificultad?

Superpoderes

Si el desarrollo de exoesqueletos con forma de armadura de Iron Man es una alternativa plausible, ¿qué pasa con los humanos "mejorados" con habilidades extraordinarias, como el Capitán América? Al menos en animales, los científicos han demostrado que es posible manipular y mejorar características como el rendimiento físico, la inteligencia y la longevidad, entre otros.

Un día llegamos allí, ¿verdad?

En cuanto a nosotros, la gente común y corriente, los expertos creen que de hecho sería posible aumentar la fuerza, la resistencia y una variedad de habilidades mentales y físicas a través de la manipulación genética, y hacernos mejores humanos.

La dificultad, sin embargo, es que existen innumerables restricciones éticas asociadas con la realización de ensayos clínicos y modificaciones de ADN, sin mencionar la gran inversión que requieren todas estas iniciativas. Por lo tanto, puede pasar un tiempo antes de que aparezca el primer Steve Rogers de la vida real. Pero una cosa es cierta: parece que es solo cuestión de tiempo antes de que la ciencia nos convierta en superhumanos.

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