¿El óxido realmente transmite el tétanos?

Pisar un clavo oxidado es una experiencia que nadie quiere pasar. Sin embargo, por más cuidadoso que sea, este tipo de situación ocurre en los momentos más inesperados, y se necesita una acción rápida para evitar problemas importantes.

El primer impulso es correr al hospital, porque su tía ya dijo que el óxido puede contaminarlo con tétanos. ¿Pero es esto realmente cierto? ¿Alguna lesión por metal oxidado nos expone a este riesgo? Sí, es peligroso, pero no exactamente por la razón que siempre pensamos.

Causa bacteriana

Lo que realmente causa el tétanos es una bacteria llamada Clostridium tetani, que se encuentra en la tierra, arena y heces. Si algún objeto ha entrado en contacto con este tipo de entorno, en caso de lesiones existe el riesgo de contaminación. Entonces, independientemente de si se trata de una uña, una mordedura de perro o cualquier otra lesión levemente más profunda, si transporta la bacteria, existe el riesgo de infección.

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¿Pero qué hay del óxido?

El vínculo con el óxido probablemente comenzó debido a las condiciones que ofrece a la bacteria. Las uñas se oxidan con mayor facilidad cuando se exponen a áreas expuestas, generalmente en el piso, justo donde es muy probable que haya bacterias. Junto con esto, el óxido crea una superficie irregular en el metal, que sirve como refugio microscópico para los microorganismos.

Una lesión causada por un clavo o cualquier tipo de metal, ya sea oxidado o no, debe tratarse con precaución ya que las consecuencias de la atención tardía pueden ser graves. La mayoría de las personas se vacunan contra el tétanos cuando eran niños, pero el efecto dura solo 10 años. Si no se ha administrado una nueva dosis dentro de este rango, debe ir a un hospital para tomar precauciones.

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La enfermedad, cuando no se trata, puede ser fatal. Libera una potente neurotoxina llamada tetanospamina, que causa rigidez muscular y espasmos convulsivos, que generalmente comienzan en la mandíbula.

Si bien se recomienda buscar ayuda lo antes posible, tampoco es necesario desesperarse y comenzar a escribir el testamento, ya que el tiempo entre el contagio y los primeros síntomas puede variar de una a tres semanas.