Liberar gases durante el vuelo es bueno para su salud.

Hemos sido educados para no liberar gases en ambientes públicos, especialmente cuando están acompañados por extraños. Cuando hablamos de viajes aéreos, entonces, es extremadamente recomendable que aquellos que sufren de flatulencia se concentren para no perderse nada. Pero los científicos europeos están desafiando esta regla de etiqueta y afirmando que no hay nada de malo en dejar flatos durante estas ocasiones. Por el contrario: la práctica es saludable.

El gastroenterólogo danés Jacob Rosenberg comenzó a investigar sobre el tema poco después de viajar a Tokio. Para comenzar, el estudio desmintió el mito de que la flatulencia aumenta durante el vuelo debido a la temperatura del aire, lo que demuestra que el verdadero villano es el cambio de presión en el sistema digestivo, que finalmente produce más gas.

Cuando esto sucede, el estudio sugiere que el pasajero ignore las convenciones sociales y libere cualquier gas que desee. "Retener el gas puede proporcionar una serie de inconvenientes para el individuo, como dolor, hinchazón, dispepsia (indigestión) y pirosia (ardor), solo para enumerar algunos síntomas abdominales", señala el artículo.

La clase económica apesta menos

A pesar de ser vergonzoso, dejar caer flatos durante el vuelo es muy beneficioso para la salud. Y curiosamente, el mejor lugar para que un avión se “libere en general” es la clase económica. Según la investigación, los revestimientos de los asientos en esta área absorben aproximadamente el 50% del hedor de los gases de escape, a diferencia de los asientos de cuero de primera clase.

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Y para que las personas puedan estar tranquilas sobre su propia flatulencia, los científicos también han planteado algunas posibilidades de que se tomen medidas para minimizar los efectos secundarios de los juegos de palabras. Una de esas medidas, por ejemplo, sería el uso de carbón activado en asientos y mantas, ya que este material absorbe el olor.

A pesar de ser un tema cuyos hallazgos afectan la vida de todos, los comentaristas de noticias de Nueva Zelanda, el país en el que se publicó el estudio, creen que esta investigación es un fuerte candidato para el Premio Ig Nobel de "avances" científicos. más extraño y más equivocado del mundo. En 2012, por ejemplo, el premio presentó un artículo científico cuyo contenido atestigua que la Torre Eiffel se ve más pequeña si la miramos con la cabeza vuelta hacia la izquierda.