Viajar en mayonesa es bueno para ti

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Según Discover Magazine, a pesar de la complejidad de nuestros cerebros, no podemos mantener nuestra atención en nada durante más de unos minutos, incluso mientras realizamos actividades muy simples. Hablaron con el psicólogo Jonathan Schooler de la Universidad de California, quien ha estado estudiando la forma en que se comportan nuestros cerebros durante algunos años cuando no estamos pensando en nada.

Mentes

Schooler dijo que durante varios experimentos los investigadores observaron que los participantes no podían mantener su atención fija en las actividades propuestas, incluso cuando eran pruebas simples. Los psicólogos incluso descubrieron que algunos de los participantes pasaban hasta la mitad del tiempo disponible para realizar las tareas de divagación, incluso después de haberles dicho que prestaran atención.

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Según Schooler, dos regiones del cerebro se vuelven más activas durante estos tiempos de viaje, las cuales forman redes importantes, una conocida como sistema de control ejecutivo y la otra como una red estándar. El primero es responsable de dirigir nuestro cerebro hacia propósitos más importantes, influyendo en nuestros pensamientos conscientes e inconscientes. El segundo parece volverse más activo cuando no estamos pensando en nada o reflexionando sobre experiencias personales e imaginándonos en el futuro.

Para los psicólogos, el hecho de que ambas regiones estén activas al mismo tiempo durante los períodos de divagación nos ayuda a procesar la información para lograr ciertos objetivos, ya sea a corto o largo plazo. Es decir, este parece ser el tipo de viaje más saludable, porque los resultados de los experimentos indican que durante estos tiempos podemos evaluar diferentes situaciones de manera más amplia y resolver mejor nuestros problemas.

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Diferentes tipos de viajes.

Según Schooler, los psicólogos han definido dos tipos de viajes: uno en el que el individuo es consciente de que está divagando y que ni siquiera lo sabe. Y de acuerdo con los resultados de los experimentos, pasamos el 13% de nuestro tiempo sin saber que estamos desconectados del mundo. Cuando estamos así, viajando, perdemos la conciencia del mundo que nos rodea, lo que nos hace más propensos a cometer errores y a tener dificultades para acceder a nuestros recuerdos de manera eficiente.

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Además, algunos factores pueden llevarnos a viajar más, como nuestro estado de ánimo y el uso de sustancias como el alcohol, por ejemplo. Los psicólogos han descubierto que algunos estados de ánimo pueden inducirnos a pensar más sobre nuestras experiencias y problemas personales, mientras que el uso de algunas sustancias puede hacernos menos conscientes de nuestras propias divagaciones. Muchos viajes, ¿no?

Anclando la mente

¿La relevancia de todo esto? Todos sabemos que muchos descubrimientos ocurrieron precisamente en esos momentos de vagar. ¿Le ha pasado alguna vez, por ejemplo, pasar horas, o incluso días, concentrándose en resolver un problema, y ​​en el momento en que dejó la pregunta y se distrajo con otra cosa, la respuesta simplemente se le ocurrió en la cabeza? Esto es lo que los investigadores creen que todo el sistema funciona; Es necesario para ayudar a nuestro cerebro a encontrar soluciones a nuestros problemas.

Sin embargo, pasar el día viajando también puede ser algo malo. Mientras divaga unas pocas líneas mientras lee un texto no representa ningún riesgo para su salud e integridad física, apagarse completamente mientras cruza la calle, por ejemplo, puede ser una mala idea. Según los investigadores, el secreto, como todo lo demás en esta vida, reside en el equilibrio.

Fuente: Revista Discover