No vas a creer lo que pasa cuando ponemos uvas en el microondas

La ciencia es realmente fantástica. Las combinaciones y mezclas de sustancias en diferentes circunstancias son capaces de producir los resultados más inesperados, y es fácil dejarse impresionar por tales experiencias. Un caso curioso es el hecho de que las uvas producen explosiones de plasma cuando se calientan en el microondas (¡no, no lo leyó mal!).

Por cierto, antes de comenzar a explicar el curioso experimento, le advertimos que no se recomienda replicarlo en casa, ya que puede dañar su microondas y lesionarse, como muchas personas lo han intentado. Por lo tanto, es mejor dejar los riesgos con los científicos y comprobar esto extraño con nosotros.

Por alguna razón que no sabemos, alguien decidió cortar una uva por la mitad, pero no por completo, dejándola en un istmo, y ponerla en el microondas para ver qué pasaría. A medida que se calentaba, aparecieron chispas de plasma (el estado de la materia visto en el sol) alrededor de la uva, lo cual es impresionante.

La curiosa experiencia pronto se hizo muy popular en YouTube, viralizando y haciendo que las personas hicieran lo mismo con otras frutas. A través de estas pruebas, fue posible identificar qué uvas secas producen más plasma y que, al cubrir la fruta con un recipiente de plástico, se mejora el efecto. Vale la pena señalar que algunas personas destruyeron el microondas mientras realizaban el procedimiento, por lo que realmente no recomendamos repetirlo.

¿Por qué sucede esto?

El Dr. Aaron Slepkov trató de encontrar las respuestas a este fenómeno. Según el experto, la suposición más común para la producción de plasma, que atribuye el efecto a la conductividad superficial de las pieles de uva, probablemente sea incorrecta. Como se ve en algunos de los videos viralizantes, los trozos de otras frutas producen resultados similares, e incluso las esferas de hidrogel pueden funcionar.

El efecto puede replicarse con uvas sin piel e incluso sin el istmo que las une; Las uvas enteras también pueden producir el efecto siempre que no se separen. Lo que realmente importa es el tamaño de la fruta, que debe ser adecuada para que formen cavidades resonantes que concentren campos electromagnéticos en regiones extremas. La formación de plasma ocurre precisamente en áreas de concentraciones electromagnéticas, donde las dos mitades de la uva (u otra fruta) interactúan cooperativamente.

Un solo objeto esférico se calentará mucho, por lo que se necesitan dos puntos de acceso en contacto para que las chispas que extraen átomos de sus electrones produzcan plasma. Cuando estas áreas están lo suficientemente calientes y lo suficientemente cerca, las chispas ionizan los iones de sodio y potasio en la fruta y así crean el efecto.

Un factor crucial para el experimento es el agua que constituye la mayor parte de la uva, ya que tiene un alto índice de refracción y baja absorción de microondas. El experimento es realmente interesante, ya que proporciona información y un modelo de estudio más fácil para tales fenómenos, previamente observado solo en escalas nano.

¿Quién diría que las uvas podrían generar la materia del sol, verdad?