La falta de sueño puede despertar la necesidad de comer alimentos grasos.

¿Alguna vez has pasado días estudiando o trabajando toda la noche con muy poco tiempo para dormir? Es posible que en estos días tenga un mayor deseo de consumir alimentos grasos, aunque generalmente controla la alimentación. ¿Por qué sucede esto?

En los últimos años, mucha investigación ha demostrado que la falta de sueño contribuye al aumento de peso. Sin embargo, cómo exactamente este efecto tiene en nuestros cerebros aún no se entendía completamente. Pero un nuevo estudio mostró una evolución en la evidencia.

Impulso y recompensa

La encuesta se realizó con 23 personas, que fueron evaluadas por expertos observando la actividad cerebral en tiempo real mientras comían diferentes tipos de alimentos. De estas personas, algunas estaban descansadas y otras no.

El resultado mostró que los centros de recompensa en el cerebro de los encuestados parecen responder más fuertemente a los alimentos grasos y dulces cuando están en un estado de falta de sueño. En esta situación, las personas también toman decisiones menos racionales y se vuelven más impulsivas.

Se observó que la corteza insular y frontal, que regulan los deseos de elección de alimentos, eran notablemente menos activas cuando las personas no dormían. Matthew Walker, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Berkeley, cree que el cerebro tiene unas 16 horas de funcionamiento óptimo antes de "apagarse" para que pueda dormir.

Después de eso, el profesor cree que el cerebro entra en un estado de estrés, en el cual los alimentos densos en calor parecen más deseables desde el punto de vista de la supervivencia del cuerpo. Entonces, en estos momentos, atacas a las golosinas sin pensar demasiado en las calorías.

* Publicado por Claudia Borges el 8/9/2013