Un estudio de 80 años de Harvard encuentra la verdadera razón de la felicidad

¿Qué es la felicidad? Esta es una de esas preguntas que la ciencia simplemente no puede responder. O al menos eso es lo que pensamos. Desde 1938, un grupo de investigadores de Harvard ha estado trabajando en el tema a través de un estudio generacional de cientos de hombres estadounidenses.

De hecho, es una combinación de dos estudios diferentes: Grant, que se centró en 268 hombres entrenados en Harvard en las clases de 1939 a 1944; y Glueck, que se centró en 456 hombres que crecieron en el centro de Boston. El propósito de ambos estudios fue descubrir qué factores sociales, biológicos y personales pueden considerarse los mejores predictores de felicidad en la vejez.

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Relaciones cálidas

En las últimas ocho décadas, más de 700 participantes han mantenido contacto con investigadores a través de una serie de visitas periódicas. Cada dos años, a los hombres se les (y aún se les pide) que completen un cuestionario sobre salud física y mental, matrimonio, carrera y, finalmente, jubilación. Y cada cinco o diez años, algunos participaron en entrevistas más detalladas sobre la felicidad general y la situación de sus vidas en este momento.

Según George Vaillant, director del estudio, todos los datos obtenidos se pueden resumir en solo cinco palabras: "la felicidad es amor. Punto final". Según él, el mejor predictor de la felicidad al final de la vida fue la cantidad de "relaciones cálidas" que los hombres tenían.

El estudio encontró que aquellos que tenían una relación afectuosa con sus madres ganaban un promedio de $ 87, 000 al año más que aquellos que no. Las personas cercanas a sus padres ya se mostraron más satisfechas al final de la vida. Pero fueron las relaciones alrededor de los 47 años las que demostraron ser los mejores indicadores de felicidad a los 80 y 90 años.

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Segunda generación

Ahora que ha pasado una generación completa desde el comienzo de los experimentos (los primeros participantes aún vivos son todos centenarios), el estudio ha comenzado a expandir su enfoque. La segunda generación del proyecto tiene una misión similar a la anterior, pero sus participantes son hijos e hijastros de los hombres del estudio original. Junto con los datos recopilados en el siglo pasado, podrán pintar una imagen más completa de la felicidad en el mundo moderno.

El estudio ahora se ampliará para incluir factores más remotos, como la felicidad de los padres de los participantes y la fortaleza de sus relaciones. En resumen, la investigación está encontrando que la felicidad crece cuando todos estamos íntimamente conectados, y eso significa que puede tener más que ver con la felicidad de los demás de lo que pensabas anteriormente.