Estudio sugiere que el bostezo contagioso disminuye con la edad

(Relaxnews) - La idea de que bostezar es contagioso no es nada nuevo. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Duke ahora están descubriendo más sobre el fenómeno al observar que el bostezo social disminuye con la edad.

Los investigadores registraron el número de veces que 328 personas sanas bostezaron mientras miraban un video de 3 minutos. El número de bostezos por persona varió de cero a 15, con algunos participantes más susceptibles al bostezo social. Un total de 222 participantes bostezaron al menos una vez. "Bostezo social" se define como cuando alguien está "pensando, viendo o escuchando sobre bostezar". Se cree que el bostezo espontáneo se debe al aburrimiento o al cansancio. Aunque el bostezo espontáneo comienza desde el período fetal, el bostezo social solo comienza en la infancia.

Los investigadores encontraron que el único factor relacionado con el bostezo social es la edad, ya que los participantes mayores parecían bostezar con menos frecuencia. Estudios previos sugirieron la conexión del bostezo social con variables como la empatía, el cansancio y el nivel de energía. "La falta de asociación en nuestro estudio entre el bostezo social y la empatía sugiere que el bostezo social no es simplemente el resultado de la capacidad empática de alguien", dijo la autora Elizabeth Cirulli, profesora asistente de medicina en el Centro de Variación del Genoma Humano del Colegio de Duke University Medicine, en un boletín de la universidad.

En consecuencia, una mejor comprensión del bostezo social podría resultar en una comprensión más profunda de la biología humana general, así como de algunos trastornos como el autismo y la esquizofrenia, ya que la presencia de estos trastornos disminuye la susceptibilidad al fenómeno. "Podría ser que si encontramos la variación genética que hace que las personas sean menos susceptibles al bostezo social, podríamos descubrir qué variación o variaciones del mismo gen también están asociadas con la esquizofrenia o el autismo", dijo Cirulli. "Incluso si no se encuentra asociación con la enfermedad, una mejor comprensión de la biología detrás del bostezo social puede informarnos sobre las vías involucradas en estas enfermedades".

El estudio fue publicado el 14 de marzo en un número de la revista PLOS ONE.

Via InAbstract