9 hábitos que indican que eres antisocial

Es común pensar que antisocial es esa persona que, cuando llega el fin de semana, prefiere quedarse en casa haciendo una maratón en serie para conocer a los chicos en el nuevo bar. Puede ser, pero el espectro antisocial en términos psiquiátricos y psicológicos va mucho más allá de eso. De hecho, lo que sabrá ahora son las características del llamado trastorno de personalidad antisocial.

El comportamiento antisocial es simplemente lo que hace que algunas personas se sientan diferentes o incómodas cuando están en contacto con personas desconocidas, eventos sociales, multitudes y similares. Cuando se enfrentan a este tipo de interacciones, estas personas se sienten alarmadas, perseguidas, angustiadas.

En algunos casos, el comportamiento antisocial se extiende a cuestiones más amplias, que es cuando la persona tiene mucho miedo a los crímenes, el desorden público, las luchas y las perturbaciones del orden público, así como la falta de confianza en los sistemas de seguridad existentes.

Más allá

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El antisocial no es solo una persona que se queda en casa inmersa en las noticias de Netflix, sino también una que termina adoptando comportamientos arriesgados y enojados, usando graffiti y depredación, por ejemplo. A menudo, este patrón de comportamiento también se caracteriza por la hostilidad hacia los demás.

En este sentido, los antisociales tienden a desafiar a las autoridades, violar las reglas y participar en actos ilegales como robos, vandalismo y desprecio. Este tipo de comportamiento puede identificarse incluso en la infancia, en niños a partir de los tres años de edad. Cuando no se controla, puede empeorar con el tiempo y convertirse en un trastorno conductual crónico.

En la infancia, los signos de comportamiento antisocial pueden estar presentes a través de las actitudes agresivas del niño hacia los padres, hermanos, maestros, compañeros y otros en la comunidad. Los niños sigilosos que tienen robo y depredación, por ejemplo, pueden ser antisociales. En la adolescencia y la edad adulta, el comportamiento antisocial también incluye el uso y abuso de drogas y alcohol, así como la conducción de alto riesgo, por ejemplo.

Ejemplos de comportamiento antisocial.

1 sensación constante de incomodidad

2 Práctica de vandalismo

3 Uso de alcohol y otras drogas

4 daños ambientales

5 prácticas relacionadas con la prostitución

6 Uso indebido de explosivos y fuegos artificiales.

7 Uso imprudente de vehículos

8 hostilidad hacia los demás

9 Necesidad de remoción

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Con respecto a las diferencias en la percepción del patrón antisocial en los niños, se sabe que hay pocos estudios en niñas y muchos casos en niños preadolescentes, que tienden a desarrollar acciones más agresivas, tanto verbales como físicas. En las niñas, el comportamiento antisocial se manifiesta en las relaciones cuando actúan de manera manipuladora y perjudicial sin dar mucha señal de ello.

También se sabe que los hombres desarrollan este comportamiento antes que las mujeres. Los niños que exhiben patrones de comportamiento antisocial tienden a continuar con ellos en la adolescencia, así como el 75% de los adolescentes llevan este patrón de comportamiento a la edad adulta temprana.

La explicación para este tipo de comportamiento puede estar dentro del entorno familiar y educativo, que, cuando presenta agresión y violencia, contribuye al desarrollo del niño o adolescente con ideas inconscientes de violencia y aislamiento social.

Influencias y tratamiento

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Otros factores que influyen en el desarrollo del comportamiento antisocial incluyen el temperamento y la propensión a la irritabilidad de una persona, así como aspectos de la capacidad cognitiva, el nivel de participación con otras personas, la exposición a la violencia y un déficit de resolución de problemas.

También es digno de mención que el comportamiento antisocial está relacionado con afecciones como hiperactividad, depresión, déficit de aprendizaje e impulsividad. Además, ya existe evidencia de que el comportamiento antisocial también es una predisposición hereditaria; factores como el uso de drogas durante el embarazo, dificultades laborales, bajo peso al nacer, daño cerebral prenatal y lesiones en la cabeza también están relacionados con desarrollo del espectro antisocial.

Las influencias externas, como los juegos violentos y los programas de televisión, pueden contribuir al desarrollo del comportamiento antisocial, así como a convivir con personas agresivas. Cuando las características de violencia y hostilidad comienzan a aparecer con frecuencia, es necesario buscar un seguimiento médico y terapéutico, después de todo, es posible tratar estos casos.

Cuanto más predominen estos patrones de comportamiento, más persistentes se vuelven, por lo que es muy importante obtener ayuda médica, especialmente si es durante la infancia o la adolescencia; de todos modos, es bueno recordar que nunca es demasiado tarde para buscar ayuda. médico y terapéutico

Texto publicado originalmente el 19/08/2016