Vea los detalles del diseño gigante que tardó 3.5 años en completarse

El artista japonés Manabu Ikeda completó en 2016 una pintura que tardó tres años y medio en completarse. Todo este tiempo se dedicó a ella unas 10 horas al día.

Comenzado en julio de 2013, Ikeda hizo de esta obra su obra maestra en un programa de residencia de artistas en el Museo de Arte Chazen en Madison, Wisconsin, EE. UU.

Llamada "Renacimiento", la obra es una rica representación visual de la lucha entre el hombre y la naturaleza, mostrando que la historia de los desastres naturales experimentados por los japoneses todavía está bellamente representada en las más diversas expresiones artísticas orientales.

Ikeda ha creado su trabajo para honrar a Japón y sus habitantes, que viven con la esperanza de un futuro mejor, a pesar de las dificultades naturales que enfrentan. El trabajo de Ikeda comienza en el centro de la obra, con un gran árbol caído en medio del mar, flores de cerezo y un refugio temporal después de una tormenta. La destrucción representada por el artista también revela el gran deseo de supervivencia del pueblo japonés.

Renacimiento

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"Mi objetivo es expresar fielmente mi visión del mundo en mi composición, pero no describo las imágenes en detalle porque veo detalles cuando miro las cosas, no el todo", explicó el artista, en un comunicado publicado en My Modern Met.

Además de la grandeza de su trabajo, otra información llama la atención sobre él. Ikeda tuvo un accidente de esquí y se lesionó gravemente la mano derecha. Preocupado por no poder hacer el trabajo a tiempo, pintaba 4 cm² por día, el artista aprendió a dibujar con la mano izquierda.

Además de superar su propia condición física para dibujar con la mano no dominante, el artista pudo utilizar elementos de humor para abordar el grave problema. Su trabajo, que se refiere al terremoto de Tohoku y al tsunami que desencadenó el desastre nuclear de Fukushima, busca mostrarnos que estas tragedias no limitan ni definen a Japón.

Con la abundancia de colores en algunas áreas de la pantalla y la falta de colores en otras, Ikeda buscó retratar momentos de duelo, pero también de renacimiento y la fuerza de la naturaleza. En las imágenes de arriba puedes analizar este trabajo con más detalle y luego contarnos lo que piensas.