Hace 60 años, el perro Laika murió solo en busca de los secretos del espacio.

La carrera espacial, que tuvo lugar desde 1955 en el contexto de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, trajo una serie de avances tecnológicos a la humanidad, pero a un gran costo para muchas vidas, tanto humanas como animales. Hace 60 años, el perro Laika se convirtió no solo en el primer animal terrestre en orbitar nuestro planeta, sino también en el primero en morir fuera de nuestra atmósfera.

Laika era un perro callejero que vivía en Moscú y fue rescatado por científicos del programa espacial soviético para formar parte de la misión Sputnik 2, lanzada solo 1 mes después del Sputnik 1, el primer objeto humano en orbitar la tierra. Como todavía no había tecnología para devolver los satélites de forma segura, desde el principio era bien sabido que Laika no volvería a casa.

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Laika durante su fase de entrenamiento.

Triste fin

Laika se quedó en una cabina presurizada sputnik 2, acolchada y con espacio para que ella se acostara o se parara.

La idea era que después de algunas pruebas de cómo se comportaría el animal en el espacio, algo aún completamente desconocido para los humanos, una porción de alimento envenenado se liberaría a Laika y ella moriría sin dolor. El problema es que los defectos del módulo causaron que el sobrecalentamiento matara al cachorro pocas horas después de su lanzamiento.

Laika se quedó en una cabina presurizada sputnik 2, acolchada y con espacio para que ella se acostara o se parara. Le dieron comida y agua de manera gelatinosa, que estaba todo el tiempo encadenada en el mismo lugar con un recipiente para recoger sus desechos. Después de unas horas en órbita, murió de calor, un hecho que no se reveló al público hasta 2002; hasta entonces se decía que Laika había sobrevivido durante semanas y había muerto sin dolor.

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Pruebas ambientales en Sputnik 2

En defensa de los animales

El caso hasta la fecha es fundamental en las discusiones sobre los derechos de los animales y su papel como protagonistas de las pruebas científicas. Después de la revelación de lo que realmente le había sucedido a Laika, se planteó una pregunta muy pertinente dentro de la comunidad científica: ¿Los sacrificios de animales están realmente justificados por avances tecnológicos legítimos?

En el caso específico de Laika, hay dudas: algunos científicos que trabajaron directamente en el proyecto Sputnik 2 afirman que el sacrificio del cachorro no ha aportado prácticamente ningún beneficio adicional a los estudios espaciales del satélite.

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1969 sello rumano honra a Laika

Estrella convertida

Sin embargo, la muerte de Laika no fue en vano: gracias a la exposición del caso, se han realizado muchos avances para equilibrar el bienestar de los animales con la necesidad de usarlos en pruebas científicas. Ciertamente, la partida de Laika ha ayudado tanto al rescate de muchos animales como al descubrimiento de avances que son muy importantes para la humanidad.

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Monumento dedicado a Laika en Rusia

Hoy, Laika es sinónimo de superación, valentía, coraje. Aunque esto no revierte el trágico final del animal, el perro ya ha sido honrado de innumerables maneras, apareciendo en sellos rusos, obras de ficción de todo tipo, canciones y películas y es una parte integral del Memorial a los Conquistadores del Cosmos. El avance del pueblo soviético en la exploración espacial, además de tener su propia estatua en Rusia.

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Laika figura entre los grandes de la conquista espacial soviética

Laika fue una heroína involuntaria que se enfrentó a lo desconocido como pocos humanos se han atrevido alguna vez. Al menos, siempre debe ser recordada como un agradecimiento por los avances que ha realizado.