Mito o verdad: ¿Perdemos más calor corporal a través de la cabeza?

¿Quién nunca ha escuchado un "Pon algo en tu cabeza!" De su propia madre en días muy fríos? La recomendación está lejos de ser común y generalmente se basa en la creencia de que la mayor parte del calor producido por su cuerpo escapa al medio ambiente a través de su cabeza, o que esta parte de su cuerpo es más susceptible a las caídas de temperatura que el resto. Sin embargo, esta idea popular es un mito.

La lógica detrás de esta afirmación generalmente se explica por la combinación de la gran cantidad de sangre en la región y la falta de elementos aislantes como la grasa. En los Estados Unidos, la leyenda ganó fuerza debido a la interpretación errónea de una cartilla militar de la década de 1960. En ese momento, el ejército de los Estados Unidos realizó estudios para analizar la pérdida de calor corporal en temperaturas extremadamente frías.

El resultado de estas pruebas dio lugar a una parte del manual que establece que una persona "podría perder del 40 al 45 por ciento de la energía térmica del cuerpo de una cabeza desprotegida". El problema es que la frase está fuera de contexto, ya que al momento del estudio los conejillos de Indias usaban trajes especiales de baja temperatura, pero no tenían nada en la extremidad superior, lo que elimina la sorpresa de tener una mayor pérdida de calor en la región.

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Entonces, ¿cómo funciona?

De hecho, la cantidad de energía térmica liberada por cualquier parte del cuerpo depende en gran medida de su área de superficie. Si el experimento descrito anteriormente se llevara a cabo con personas que usan solo trajes de baño, habrían perdido calor de manera más o menos uniforme en las partes expuestas, limitando la cantidad que sale de la cabeza a aproximadamente el 10%, que es el porcentaje aproximado del área de la superficie corporal. representado por la región.

Una mayor exposición de la piel da como resultado una pérdida más severa de calor corporal. Por lo tanto, si protege su cuerpo con más capas de ropa durante un día frío, la energía térmica tiende a escapar hacia áreas menos aisladas. De esa manera, si su cabeza es la única pérdida descubierta, seguramente perderá más allí, lo que no significa que la afirmación sea generalmente correcta.

Otro factor que probablemente ayudó a perpetuar el mito es que la cabeza, la cara y la parte superior del pecho son hasta cinco veces más sensibles a los cambios de temperatura que otras partes del cuerpo. Al cubrir estas áreas, sentimos que estamos atrapando más calor, aunque proteger áreas con una cantidad similar de superficie tiene el mismo efecto. ¿Moraleja de la historia? Escucha a tu madre, pero no solo te cubras la cabeza.

Curiosidades Adicionales

  • El cuerpo responde a las bajas temperaturas de dos maneras: la primera es restringiendo la circulación de la sangre en los brazos y las piernas, lo que ayuda a proteger el cerebro y los órganos vitales, pero deja los dedos susceptibles de congelarse, literalmente sacrificándolos por el bien mayor; el segundo está temblando, lo que hace que los músculos generen calor;

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  • Otro mecanismo para conservar la energía térmica es el temblor, que aunque no tiene un efecto considerable en los humanos, sirve como un medio para aumentar la capa aislante de cabello o plumas en otros seres vivos;

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  • Los parches de una jirafa son más que solo camuflaje: debajo de cada uno hay un sistema de circulación sanguínea que sirve como una especie de ventana térmica, que permite la liberación del calor corporal.

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* Publicado originalmente el 13/09/2013.