Síndrome de conversión: cuando el dolor emocional se convierte en dolor físico

Todavía es difícil para algunas personas comprender cómo los problemas psicológicos realmente pueden interferir con la salud de un individuo, y esta falta de idea es más peligrosa de lo que pensamos, porque es por eso que perdemos algunos problemas que, si se resuelven, podrían garantizarnos un Mejor calidad de vida.

El síndrome de conversión, por ejemplo, puede llevar al paciente al centro de emergencias de un hospital. Las personas que padecen este síndrome terminan con síntomas típicos de pacientes con problemas neurológicos, psiquiátricos y cardíacos.

Convulsiones epilépticas; dificultades respiratorias; incapacidad para caminar y hablar; visión, audición y bloqueos del habla. Al principio, el médico puede creer que estos síntomas representan un derrame cerebral o que el paciente ha tomado drogas, se ha lesionado la cabeza de alguna manera o es epiléptico.

Después de solicitar una serie de exámenes neurológicos, su médico se dará cuenta de que no ha habido un episodio de accidente cerebrovascular o epilepsia. Además, el paciente no resultó lesionado ni ingirió drogas. Es común en tales casos que la condición se diagnostique como una crisis nerviosa histérica.

Histeria

Los mecanismos que nos hacen literalmente convertir el dolor emocional en dolor físico aún no son completamente entendidos por la ciencia, incluso porque los medios de acción del cerebro humano son extremadamente complejos y aún no se han descubierto por completo.

En el pasado, estos síntomas físicos sin explicación biológica se describían como una histeria típica de las mujeres. Hace unos siglos, los médicos culparon al útero por convertir el dolor emocional en dolor físico, pero el hecho es que los hombres también son víctimas de estos casos, y ahora, finalmente, esto se acepta sin mucha resistencia.

El hecho es que el término "histeria" no se usó recientemente en la era de la psicoterapia moderna, y la palabra "conversión" se ha adoptado para definir estos casos: en este texto hablamos de la relación entre la histeria y el placer. hembra

Conversión

La palabra "conversión" cumple su función exactamente al dejar en claro que realmente se trata de la transformación, la conversión del dolor psicológico en dolor físico. La cosa es tan grave y tan común que se estima que al menos el 25% de la población mundial ha experimentado o experimentará los síntomas de este síndrome.

Debe quedar claro que esta transferencia del campo emocional al físico no ocurre a voluntad del paciente y no puede ser inducida. Este proceso en realidad ocurre inconscientemente, a pesar de que los síntomas físicos se delinean fácilmente. Convertir las emociones no verbales y, a veces, incluso inconscientes, en dolor físico es una forma extraña para que la mente y el cuerpo se conecten.

Tratamiento

Cualquier tratamiento que implique problemas psicológicos requiere mucha empatía del médico, terapeuta, psicólogo y otros profesionales involucrados, que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y analizar muy bien lo que uno dice. Un paciente con síndrome de conversión no debe escuchar frases como "esto es solo su cabeza", lo que disminuye la importancia del sufrimiento del paciente, como si la fuerza de voluntad fuera suficiente para resolver el caso.

Frases como esta realmente pueden interferir con el tratamiento, y de manera bastante negativa. Lo ideal es fusionar el tratamiento médico de un psiquiatra con el tratamiento terapéutico, generalmente por parte de un psicólogo. Este segundo profesional a menudo utiliza la terapia cognitiva conductual (TCC), que es una técnica de tratamiento moderna y muy efectiva, que demuestra el éxito en pacientes que tratan la depresión y la ansiedad.

En algunos casos, el síndrome también requiere fisioterapia, cuando el daño físico es más severo y afecta las habilidades motoras. En casos aún más graves, cuando el paciente tiene cambios neurológicos, la familia termina involucrándose en la recuperación aún más intensamente, ayudando con tareas como bañarse y cambiar pañales.

Algunos investigadores creen que los síntomas del síndrome de conversión aparecen en personas con afecciones médicas no diagnosticadas previamente. Como el síndrome aún es poco conocido, no hay suficiente material publicado al respecto y es difícil predecir las consecuencias a largo plazo.

Si en el pasado el síndrome se consideraba exclusivo de las mujeres, los científicos modernos han demostrado que la afección no tiene nada que ver con el género, por lo que es posible que tanto los hombres como las mujeres tengan los síntomas de la conversión.

Sin embargo, hay un factor externo que puede facilitar la aparición del síndrome. En países donde la cultura reprime las manifestaciones emocionales de tristeza, sexualidad e incluso alegría, las personas son más susceptibles a estos síntomas.

En cualquier caso, el síndrome de conversión debe verse como dolor crónico, enfermedad o trauma, nunca más como "frescura" o "algo en tu cabeza", solo por el mero hecho de empatía. La reducción de la angustia psicológica es una forma muy negativa y cruel de interrumpir el tratamiento.

Este tema de la empatía se aplica a todo, pero en el caso de otras enfermedades psiquiátricas también es fundamental. Así como no tiene sentido decirle a un diabético que la diabetes es una "cosa en tu cabeza", es incorrecto decirle a una persona en depresión que necesita la fuerza de voluntad para reaccionar.

La conversión puede estar vinculada a varios traumas emocionales o experiencias de estrés extremo, como la muerte de una persona o un caso de despido. Convertir este dolor psicológico en un dolor físico es un mecanismo del propio cuerpo humano, que puede compartir la carga del trauma con el resto del cuerpo para no abrumar el lado emocional.

* Publicado el 30/06/2015