El adolescente más alto del mundo rompe récord y sigue creciendo

El estadounidense Broc Brown, de 19 años, acaba de alcanzar los 2, 33 metros y batió el récord de adolescentes más alto del mundo. Y mira, no ha dejado de crecer: el aumento promedio ha sido de 15 centímetros por año. Los expertos creen que si continúa a este ritmo, Brown podría incluso alcanzar la altura del hombre más alto del mundo: el turco Sultán Kösen, de 33 años, tiene la marca de 2, 51 metros.

El crecimiento masivo de Brown ya se ha notado en los primeros años. "Yo diría que Broc tenía aproximadamente cinco pies y cuatro pulgadas en el jardín de infantes", dijo su madre Darci Brown. Al ingresar a la escuela secundaria, tenía 1, 82 metros, llegando a 2, 13 metros al final de este período escolar.

A los 3 años, Broc Brown ya se destacaba entre los niños de la misma edad.

Pero el tamaño de Brown siempre ha sido una preocupación. Diagnosticado a los 5 años con el síndrome de Sotos, también conocido como gigantismo cerebral, el niño recibió un pronóstico muy malo. Los científicos creían que podría no sobrevivir hasta la adolescencia, debido a los problemas que el gigantismo podría traerle.

Los problemas ocurrieron: tiene una discapacidad de aprendizaje, sufre de presión arterial alta en el corazón, marcada curvatura de la columna y estrechamiento de la médula espinal. Esto le causa mucho dolor de espalda, que ni siquiera puede remediar con analgésicos, ya que nació con solo 1 riñón.

Al ser diagnosticado con el gigantismo cerebral de su hijo, Darci también aprendió que podría no sobrevivir hasta la adolescencia.

"Solo desearía que los médicos pudieran hacerle algo a mi dolor", lamenta el gigante. El adolescente viajó con su madre casi 2.000 kilómetros para hablar con un experto en el tema. El Dr. Bradley Schaefer, del Arkansas Children's Center, cree que Brown tendrá que lidiar con el dolor por el resto de su vida, pero la tendencia es que disminuya con el paso de los años.

Esta noticia animó al niño, que sufre de trastorno por déficit de atención y tiene explosiones intermitentes de explosivos. "Cuando se vuelve loco, se vuelve loco", explicó su madre. Ella dice que su hijo siempre debe estar medicado para evitar que esto suceda, de lo contrario puede abrir un agujero en la pared con un simple golpe. Estos arrebatos, afortunadamente, son raros. Según su madre, él tiene un corazón acorde con su gran tamaño.

A pesar de las limitaciones, el joven solo sueña con tener una vida lo más normal posible.

Otro problema para los jóvenes es encontrar un mundo que se adapte a su altura. La ropa, los zapatos y las camas, por ejemplo, deben hacerse a medida, ¡y todo esto es muy costoso! La familia recibe apoyo de la comunidad cuando la situación crece. "Solo espero que tenga una buena vida y esté feliz con todo lo que hace", dice su madre. El sueño de Brown ahora es encontrar un trabajo que le quede, literal y metafóricamente.