Un estudio demuestra que lo que hacemos borracho tiene que ver con nuestro lado sobrio

Incluso si no bebe, puede conocer la historia de alguien que tomó ese bulto y salió a hablar muchas cosas que, después del final del efecto del alcohol, terminaron causando el viejo arrepentimiento.

Desde mensajes hasta personas pasadas y bailes en el mostrador del club nocturno, hay personas que realmente hacen lo que no quieren cuando beben demasiado. La pregunta es, ¿realmente no quería? ¿Beber saca un lado oculto de nuestra personalidad, o la persona que somos cuando estamos borrachos es realmente la misma que cuando estamos sobrios?

Una encuesta reciente ha hecho todo lo posible para poner fin a las disculpas de aquellas personas que, después de un golpe, dicen que no quieren hacer nada. La verdad es que, al contrario de lo que tendemos a imaginar, nuestra personalidad no cambia cuando bebemos.

Estudio

Es un hecho que las personas ebrias se comportan de manera diferente, generalmente se vuelven más extrovertidas y extrovertidas, con menos miedo y vergüenza. Para saber si esa historia de "pensamiento borracho y sobrio" es cierta, los investigadores confiaron en algunos voluntarios, que se dividieron en dos grupos: los que recibieron bebidas Sprite a base de vodka y los que no bebieron alcohol.

Después de consumir la bebida, las personas tuvieron que realizar algunas actividades, mientras que su desempeño fue evaluado por un grupo de personas que no conocían.

Las personas que bebieron la bebida de vodka fueron más extrovertidas que las personas sobrias, y los observadores calificaron su comportamiento en función de cinco factores de personalidad. Lo que también se observó fue que las personas ebrias parecían menos neuróticas, pero en las áreas relacionadas con la conciencia, la apertura y la conveniencia, no había diferencia entre los grupos.

Otras consideraciones

Deben tenerse en cuenta algunos factores sobre la investigación: los participantes se encontraban en un entorno desconocido; las dosis se midieron con la intención de no emborracharse demasiado; y los voluntarios que bebieron alcohol fueron comparados con otras personas sobrias, no con sus propias versiones sobrias.

Las personas que evaluaron los factores de personalidad no conocían a ninguno de los participantes, por lo que vale la pena señalar que las notas a este respecto no pueden tenerse plenamente en cuenta, precisamente porque la personalidad de cada persona es extremadamente compleja.

Lo que se evaluó, de hecho, fueron los cambios obvios en el comportamiento que realmente podemos notar incluso en personas que no conocemos.

Aclarando

Los investigadores han dejado en claro que los cambios drásticos de comportamiento, especialmente cuando la persona se vuelve agresiva, indican que el individuo puede ser dependiente del alcohol o puede tener un problema personal o psicológico. Por lo tanto, reaccionar mal no es natural.

Los participantes también hicieron un informe de sus estados de conciencia con respecto a la apertura para relacionarse con los demás y la afabilidad. Según los investigadores, los cambios más grandes incluso pueden sentirlos las personas que beben internamente y, a veces, no pueden ser vistos por quienes los rodean.

Es decir: si bien no hay diferencia entre quién eres sobrio y quién eres cuando bebes, quizás la mayor diferencia solo la ve usted, a menos que haya fotos de su baile en la mesa del bar. Entonces todos pueden verlo.

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