Las mujeres que no empujan al bebé al parto sufren menos

Si alguna vez has visto una escena de nacimiento en una película, serie, telenovela o incluso en la vida real, tal vez recuerdes que un médico o una enfermera le dijeron a la mujer en trabajo de parto que necesitaba presionar fuerte para empujar al bebé, ¿verdad? ¿Qué pasa si esto no es exactamente necesario?

La proposición de que la madre no debe empujar, sino más bien esperar que el propio cuerpo haga el movimiento para ayudar al bebé, es una medida que se ha defendido de vez en cuando.

Un gran estudio realizado por el Hospital Marítimo Medway en el condado de Kent, Inglaterra, encontró que alentar a las mujeres a empujar y expulsar a su bebé está relacionado con rupturas graves en la región del perineo.

Investigación y comparaciones

Después de un experimento que duró 12 meses y consistió esencialmente en pedirles a las mujeres que no forzaran al nacer, se observó que el porcentaje de mujeres con daño perineal severo cayó del 7% al 1%.

Otro cambio propuesto en este programa de 12 meses, además del tema de la fuerza, fue la posición de las mujeres durante el trabajo de parto: se les dijo a los pacientes que no se acostaran, sino que se sentaran, se sentaran en cuclillas o en otras posiciones que favorecer el trabajo de la gravedad.

Durante las contracciones, el personal de enfermería también ayudó a las mujeres a realizar trabajos de respiración en lugar de empujar al bebé. Los cambios también ocurrieron durante la partida del bebé: si antes el equipo tiraba del niño después del pase de hombro, ahora lo ideal era esperar a que el bebé se fuera solo, también para evitar que la mujer sufriera demasiado y tuviera el perineo desgarrado.

Los resultados positivos de este método se publicaron en el European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology. Aunque este tipo de procedimiento no es muy popular, no es sorprendente para las doulas y otros profesionales que trabajan con métodos humanizados de parto, y es muy bueno contar con un apoyo científico que garantice la seguridad y menos sufrimiento para las mujeres embarazadas.